El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, de 76 años, se casará mañana con su novia Rosângela da Silva, más conocida como Janja, una socióloga de 55 años de la que se enamoró cuando estaba preso. El líder de la izquierda brasileña pasó 580 días en la cárcel acusado de presuntos delitos de corrupción. Tiempo después, la Justicia anuló la condena alegando fallos en el proceso y posibilitó la resurrección política del líder de la izquierda, que no dudó en presentarse como candidato y ahora parte como favorito para las próximas elecciones.
En medio del calentamiento de la precampaña, Lula hará una pausa este miércoles. Ese día se casará con Janja en una ceremonia íntima. Será su tercer matrimonio. Lula se quedó viudo en dos ocasiones: en 1969 perdió a María de Lourdes da Silva, dos años después de casarse, por errores médicos tras una hepatitis y una anemia. Después, en 1974, Lula se casó con Marisa Leticia, el gran amor de su vida y madre de sus cuatro hijos. Murió en 2017, víctima de un derrame cerebral. En su momento Lula lo achacó a la fuerte presión mediática y judicial que vivía la pareja, en plena tormenta por las denuncias de corrupción. Tras ese duro golpe y su tiempo en prisión, Lula renació como un ave fénix, no sólo a nivel político: «Estoy enamorado como si tuviese 20 años, como si fuese mi primera novia. Me casaré de la forma más tranquila posible y haré la campaña feliz (…) He aprendido que cuando pierdes a tu mujer y piensas que la vida ya no tiene sentido, cuando crees que todo se acabó aparece una persona que empieza a darle sentido a tu vida otra vez», dijo hace poco a la revista Time.
Se sabe poco sobre la boda, más allá de que se celebrará en São Bernardo do Campo, la ciudad de la periferia de São Paulo donde Lula empezó a trabajar como metalúrgico y líder sindical e inició su carrera política. El cantante y compositor Chico Buarque y su mujer, la abogada Carol Proner, serán los padrinos. Los invitados aún no saben la hora y el lugar de la boda. Según la prensa brasileña, recibirán la invitación en forma de código QR el día de antes, para preservar la intimidad de la pareja y también por cuestiones de seguridad. Desde hace tiempo el entorno de Lula teme que pueda sufrir un atentado.
