En una conversación exclusiva con El País, el padre Mateo Méndez expresó su preocupación sobre la creciente normalización de los asentamientos como una solución para los pobres en Uruguay. Además, destacó que la violencia está en aumento en el país, afirmando que “la vida vale cada vez menos”.
Mateo Méndez, reconocido por su labor social y pastoral, es una figura destacada en la lucha contra la exclusión y la marginalidad en Uruguay. Fundador del Movimiento Tacurú en 1988 y actual líder del Proyecto Minga, Méndez ha dedicado su vida a brindar apoyo a los jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Cuando se le preguntó sobre el origen de Proyecto Minga y su estado actual, el padre Méndez explicó cómo surgió la iniciativa en 2009 como respuesta a la falta de oportunidades para los jóvenes de Las Piedras. Lo que comenzó con una pequeña cantidad de participantes ha crecido considerablemente, ahora atendiendo a alrededor de 150 a 200 jóvenes. Destacó la importancia de ofrecer actividades significativas para los jóvenes, desde deportes hasta cursos de formación profesional.
Al abordar las problemáticas recurrentes que enfrentan los jóvenes que llegan a Minga, Méndez señaló la desintegración familiar como un factor fundamental. Reconoció el valioso rol de aquellos padres que asumen la responsabilidad de criar a sus hijos, pero también destacó la necesidad de apoyo para aquellos jóvenes cuyas familias no están presentes o son disfuncionales.
En cuanto al financiamiento del proyecto, el padre Méndez reveló que dependen en gran medida de donaciones y apoyos puntuales, con una inversión mensual de alrededor de US$10,000. Sin embargo, expresó su deseo de mantener la independencia del proyecto y evitar ser condicionados por quienes ofrecen financiamiento.
La entrevista también abordó la creciente violencia en Uruguay, con Méndez identificando al narcotráfico como el principal responsable. Afirmó que la desintegración familiar y la falta de recursos son factores que contribuyen a esta situación. Expresó su preocupación por la normalización de los asentamientos como solución habitacional y llamó a una acción concertada para abordar las causas subyacentes de la violencia.
La entrevista concluyó con Méndez reflexionando sobre el atentado que sufrió Proyecto Minga en diciembre, señalando que hay fuerzas que buscan obstaculizar su trabajo. Afirmó que el problema es más profundo y subrayó la necesidad de abordar las raíces del problema para lograr un cambio real en la sociedad.
La voz del padre Méndez resuena como un llamado a la acción, recordándonos la importancia de trabajar juntos para construir un futuro más justo y seguro para todos los uruguayos.
