Las interpelaciones son odiosas.
“Las comparaciones son odiosas” dicen que dice el dicho.
Y las interpelaciones también, agrego yo.
Porque no debe de haber nada peor que se junten 30, 40, 100 personas a preguntarle cosas a alguien que se sabe que no va a responder, que va a marear todo el tiempo tirando la pelota al “obol” y que después de horas y horas de reunión aparecen todos los que tienen que votar (que estaban por ahí, tomando un café, sin dar pelota) y se sabe que la votación es dar por suficientemente claras las respuestas del ministro/a en cuestión y a casa a descansar.
Y me pregunto si vale la pena tamaño esfuerzo.
Porque la gente común no escucha las 20 horas y media de interpelación, los grandes medios de in-comunicación masiva ya tienen desde el día anterior escrita la nota al respecto y solo La Galanga saca algún fruto de todo con alguna foto parlante.
Pues parece que desde el oficialismo nos han escuchado y van a cambiar el sentido de las interpelaciones.
Si: la próxima interpelación será de los parlamentarios de la Colisión Multicolor a los ministros del gobierno.
Como lo leen: del oficialismo a su propio gobierno.
Esta vez tendremos la grata presencia del presidente de Antel, nuestro pariente lejano Gurméndez, y del ministro de Industria Garpanini en el parlamento. Y sus propios correligionarios les preguntarán sobre el Antel Arena, obra que no construyeron y con la cual no tuvieron nada que ver, salvo el quizás haberse vacunado allí.
Pero no va a ser la única.
Estamos en condiciones de adelantar que para los próximos días se prepara el ministro de Salú Marindia quien va a ser interrogado sobre el cierre de la mutualista Fraternidad y CIMA; luego estará el ministro de Turismo Tabaré Noera explicando los desmanes en el carnaval de La Pedrera y por último el ministro del Interior Jeber que tendrá que rendir cuentas sobre el copamiento del hotel Liberaij.
Los mantendremos informados.
